El tesoro estelar
Por: Benny Tecuento
Warp y Kawan, los mejores amigos del universo, se embarcaron en una aventura a bordo de un cometa mágico. Sus ojos brillaban de emoción mientras surcaban el espacio, pasando junto a planetas de colores vibrantes y estrellas que parpadeaban como luciérnagas.
Una noche, mientras observaban un mapa estelar antiguo, Kawan señaló una pequeña constelación. «Warp, creo que esta constelación marca el lugar de un tesoro escondido», dijo con voz misteriosa. Intrigados, los amigos dirigieron su cometa hacia esa parte del universo.
Después de viajar por muchas galaxias, llegaron a un pequeño planeta azul. Allí, descubrieron una antigua pirámide de cristal que brillaba con una luz suave. Al entrar, encontraron una sala llena de jeroglíficos que Kawan, con su gran sabiduría, pudo descifrar. Los jeroglíficos hablaban de un tesoro que brillaba más que mil soles, escondido en el corazón de una estrella.
Warp y Kawan se miraron con asombro. ¿Cómo podrían encontrar una estrella y, aún más, un tesoro en su interior? Pero Kawan tenía un plan. Cerró los ojos y se concentró, conectándose con la energía de las estrellas. Después de un momento, abrió los ojos y sonrió. «Síguelo, Warp,» dijo, señalando hacia el cielo.
Juntos, volaron hacia la estrella más brillante de la constelación. A medida que se acercaban, sintieron un calor intenso. Kawan creó un escudo protector alrededor de ellos y entraron en la estrella. Dentro, encontraron un enorme cristal que brillaba con una luz dorada. Era el tesoro que buscaban, pero no era oro ni joyas. Era algo mucho más valioso: un fragmento de la primera estrella del universo.
Warp y Kawan guardaron el fragmento con cuidado. Sabían que este tesoro no era para ellos solos, sino para compartirlo con todo el universo. Volvieron a su cometa y comenzaron el viaje de regreso a casa, llenos de alegría y asombro.
Mientras flotaban en el espacio, mirando las estrellas, Warp se sintió muy tranquilo y feliz. Tenía un amigo fiel, un cometa mágico y un tesoro más valioso que cualquier cosa que pudiera imaginar. Y así, Warp y Kawan continuaron sus aventuras, explorando el universo y compartiendo su alegría con todos los seres que encontraban en su camino.
Fin.