El gran concurso de zanahorias

El Concurso de Zanahorias

Por: Benny Tecuento

En un bosque lleno de árboles frondosos y flores coloridas, vivía una gran familia de conejos.

Eran conocidos por su amor a las zanahorias y su espíritu competitivo y cada primavera, organizaban un gran concurso para ver quién comía más zanahorias en menos tiempo.

Este año, el concurso prometía ser más emocionante que nunca y los conejos más jóvenes, como Pepito y Lupita, estaban muy emocionados.

Habían estado entrenando durante semanas, comiendo zanahorias de todos los tamaños y colores. Por su parte, los conejos mayores, como el abuelo Tomás, recordaban con cariño los concursos de su juventud y se preparaban para animar a los más pequeños.

El día del concurso llegó por fin. Todos los conejos se reunieron en el claro del bosque, donde se había preparado una gran mesa llena de zanahorias.

El juez, un viejo búho sabio, dio la señal de inicio. Los conejos comenzaron a comer con rapidez, sus mejillas se hinchaban y sus ojos brillaban de emoción.

Pepito era el que comía más rápido, pero Lupita era más astuta porque mientras los demás se concentraban en comer las zanahorias más grandes, ella picoteaba las más pequeñas y fáciles de masticar.

El abuelo Tomás, aunque ya no comía tan rápido como antes, compartía sus zanahorias con los más pequeños, demostrando que el espíritu deportivo era más importante que ganar.

La competencia estaba muy reñida. Los conejos comían y comían, pero parecía que nadie podía alcanzar a Pepito. Justo cuando todos pensaban que había ganado, Lupita hizo un último esfuerzo y ¡sorpresa! ¡Había comido más zanahorias que nadie!

El búho juez declaró a Lupita como la gran ganadora del concurso. Todos los conejos aplaudieron y vitorearon, felices por su amiga. Pepito, aunque un poco decepcionado, se sintió orgulloso de Lupita y de todos sus amigos.

Después del concurso, los conejos celebraron con una gran fiesta. Comieron pastel de zanahoria, jugaron a esconderse y saltaron en los montones de heno. Se dieron cuenta de que lo más importante no era ganar, sino participar y divertirse juntos.

A partir de ese día, los conejos siguieron organizando concursos cada primavera, pero también aprendieron a valorar otras cosas además de las zanahorias: Descubrieron la importancia de la amistad, el trabajo en equipo y el respeto por los demás.

Y así, vivieron felices en su bosque, siempre dispuestos a compartir sus aventuras y sus zanahorias.

-Fin-

Leer más cuentos de conejos, de otros animales o todo tipo de cuentos infantiles.